CULTURA DE EL SALVADOR
La cultura es el conjunto de expresiones y tradiciones de un pueblo y estas consisten de:
Costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias
Vestimenta
En
El Salvador
existen diferentes tipos de trajes típicos, en la cual la mayoría son
utilizados en diferentes festividades, aunque hay algunos pueblos que
aún utilizan éstos. En el traje femenino es común ver elementos como un
escapulario, un
chal, un paño y diferentes adornos de colores, y con
tela de
algodón.
1 y pueden estar con una falda y una blusa, o un vestido, en el calzado se usan
sandalias. En el traje masculino es común ver un traje de algodón, también en la fiestas tradicionales, se utilizan
jeans modernos, con una camisa de manta, en el calzado sandalias o botas, y un
sombrero. Realmente son de carácter
rural, y presentan diferentes variaciones dependiendo del lugar.
2
Gastronomía
La cultura del maíz: el grano sagrado
La dieta básica del salvadoreño consistía hasta fechas recientes en
«tortillas» (ruedas de masa de maíz, de unos quince centímetros de
diámetro y uno de ancho, cocidas sobre el
comal), la sal y los
frijoles «parados» o frijoles sancochados. En la actualidad, la dieta se
ha ampliado con arroz, verduras y algunas carnes. Durante los cortes de
café aún se suelen dar las
chengas, tortillas mucho más grandes y
gruesas que las anteriores, hechas de maíz muy oscuro o de maicillo
(gramínea de granos pequeños en haces), sobre las que se ponen frijoles y
sal; algunas veces también llevan queso y otro aditamento. Estos forman
parte del «con qué» o acompañamiento de las tortillas. Sería impensable
una comida típica salvadoreña sin las famosas
pupusas, tortillas
rellenas con queso, chicharrón molido o frijoles, las más comunes
(«revueltas» son las que tienen más de un ingrediente). Otras, menos
comunes, llevan
chipilín (pequeñas hojas comestibles),
pepescas (pescaditos fritos),
ayotes (especie de calabaza). El plato está completo cuando a las
pupusas
se le echa «curtido», picadillo de repollo preparado en vinagre; se le
suele agregar rodajas de cebolla y zanahoria. Algunos curtidos son
especialmente picantes, al gusto del cliente. Ahora bien, las
pupusas
constituyen sólo uno de los muchísimos derivados del maíz. Este cereal
nativo americano sigue siendo el grano sagrado se lo prepara de
múltiples maneras. A la mazorca se le llama
elote y se puede
comer asada a las brasas, con limón y sal; cocida, se suele preparar con
mayonesa, queso y otros aditamentos: son los
elotes locos que se
venden en las ferias populares, con un palito que atraviesa la mazorca
para poder agarrarlo. Continúa el desfile de los derivados del maíz con
los
tamales. Los clásicos son los de gallina y consisten en unos
rectángulos de masa de maíz de unos quince centímetros de largo por
cinco de ancho envueltos en hojas de huerta (plátano o guineo) y
rellenos con carne de pollo; algunas veces, hasta con papas, ciruelas,
alcaparras, chile y
recaudo (salsa). Los
tamales se cuecen en peroles grandes. Los
tamales de
elote
son elaborados con una masa compacta de maíz tierno, aunque algunas
veces se tornan blanditos porque llevan leche. Se preparan en
tusas (piel de la mazorca) y se comen acompañados con crema. Un miembro poco común de la familia es el conocido como
tamal de viaje,
tamal pisque,
tamal de ceniza o
nixtamal.
Es mucho más grande que el de pollo y se supone que se preparaba para
comerlo durante el viaje en carreta o tren por varios días, aunque es
común su preparación en semana santa. Dada su sólida consistencia, el
nixtamal se puede partir en pequeñas rodajas; algunas veces lleva frijoles molidos en su interior.
Bebidas de maíz
En épocas prehispánicas se hacían los
totopostes, bolas, bolas endurecidas de masa de maíz que llevaban los campesinos cuando se trasladaban a trabajar en su
milpa (cultivo del maíz); a la hora del almuerzo sumergían los
totopostes en agua y de esta manera se formaba una especie de sopa fría, muy rica en calorías. En la actualidad, los
totopostes son como panes de maíz, pero simples (insípidos). Vienen luego la especie de
atoles. El más conocido es el
atol de elote, líquido pastoso preparado a veces con leche; se suele acompañar con
elotes cocidos o con
riguas (tortas dulces de maíz). El
shuco es un
atol de maíz oscuro al que se le agrega un poco de
alhuashte (pasta a base de semillas de ayote), unos cuantos frijoles y chile. El
shuco suele venderse durante las madrugadas o al atardecer. El chilate
con nuégados
consiste en un atol
simple (insípido), que se sirve tradicionalmente en un huacal
(tazón grande) de morro, y que suele acompañarse con panecillos de yuca bañados en miel (nuégados). La
chicha
es otra bebida derivada del maíz a la que se pone a fermentar en
vasijas que se entierran durante varias semanas. Dependiendo del tiempo
que haya estado bajo tierra, la
chicha puede ser sólo un refresco
algo dulce o bien una bebida con un alto grado de alcohol. Por eso, y
por fabricarse clandestinamente para no pagar impuestos, las «sacaderas
de chicha» fueron perseguidas. Hasta una policía especial, la policía de
Hacienda, recibió el mote de «La chichera» por especializarse en
controlar los expendedores de la típica bebida. Otra bebida de maíz es
el tiste que se hace de maíz y cacao se puedo tomar fría o caliente.
Adobos de ave, de flor, de cerdo...
Otra ejemplo de la cocina popular salvadoreña es el gallo en
chicha, plato singular en cuanto que consiste en carne adobada con frutas y caldo de sabor dulce. Los panes con
chumpe
atraen permanentemente la atención de los paladares salvadoreños; se
los adoba con salsas y ensaladas, y hay puestos de ventas que funcionan
todo el año. Curiosa es la costumbre de comer la flor de
izote,
una estructura de flores blancas que parece un arbolito de navidad. Con
ellas se hace sopa, se envuelve con huevo, y hasta las yemas y capullos
son preparados en curtido para degustarlos luego con bastante limón y
sal. La
yuca con chicharrones o con
pepesca sigue siendo un platillo bastante; se sirve tradicionalmente en hojas de huerta y consiste en trozos de
yuca cocida, acompañados de curtidos y chicharrones (gordura asada del cerdo) y/o
pepesca (pescaditas de río).
Refrescos
Entre los refrescos populares pueden citarse la horchata (hecha con semillas de
Ayotesemillas
de morro/cutuco —pepitoria—, cebada, cacao y arroz; a veces se le
agrega leche), la cual suele ir acompañada con marquezote (pan dulce muy
compacto) en fiestas infantiles o en rezos (novenarios); el fresco de
Chan (de semillitas carnosas), el de marañón, de mango, de tamarindo
(semillas ácidas de color café), de melón, de piña; el
fresco de ensalada es muy singular porque lleva picadillo de marañón, piña y otras frutas. A pocos les gustan ya los refrescos de
Carao (frutas que se da en largas vainas y que tiene un olor y sabor muy penetrantes) o de
Achote
(de color rojo intenso y sabor algo urticante).Otra de los refrescos
populares son"la chicha", una bebida natural que se forma a partir de la
fermentación de la fruta(chicha) dicha bebida pude ser fermentada según
la preferencia de cada quien, si se quiere normal o con poca
fermentación esta se debe dejar al menos una semana, también se puede
dejar por dos semanas, pero con dos semanas de fermentación esta pude
llegar a ser una bebida alcohólica, aunque no tanto como la cerveza o
los licores de fabrica
Dulces
El pan dulce es obligado cuando se toma el café del desayuno o de las
cuatro de la tarde. Dentro de la categoría de pan dulce entran: la
semita (placas largas, rectangulares de harina, manzanas, peras
colocadas en canastitas o en cajas decoradas. Por tradición, hay
familias que fabrican esta clase de dulces, junto con otros como los
dulces de leche, de toronja, conservas de coco, conservas de papaya,
coservas de nance etcétera. Las hay de estas familias en Santa Ana y en
San Vicente, ciudad especializada en los dulces de camote (tortitas o
volcancitos hechos de azúcar y rellenos con jalea de camote). En las
ferias aparecen profusamente los dulces pintados, elaborados a base de
moldes con forma de hojas, flores y aún rostros y figuras humanas. Son
de consistencia dura pero quebradiza, de color blanco, y sobre ellos se
trazan rayas de colores, recalcando los rasgos del objetos representado.
La canasta no estaría completa sin otros dulces comunes en las fiestas,
como los de tamarindo, de
nance, de
zapote. A todo ello hay que añadir la preparación casera que aún se estila: mangos,
jocotes e higos en miel; dulce de cáscara de naranja o de limón; dulce de
ayote o de
chilacayote
(otra especie de calabaza) y de sandía. En fin, uno puede acabar
empalagado si además prueba algunos postres caseros como el arroz con
leche o el majar blanco (dulce de leche, de consistencia pastosa,
adornado con polvo de canela).
Idioma
En
El Salvador el
idioma oficial es el
idioma castellano. La forma de hablar puede mezclar palabras de origen indígena como en la
gastronomía, ocasionando lo que son los diferentes modismos o salvadoreños.
3 Una pequeña cantidad de la población habla
idioma pipil, como en
Izalco y otros pueblos,
4
actualmente no toma la necesidad de aprenderlo, o sólo es recordada por
personas mayores. Entre las lenguas precolombinas están
chorotega,
cacaopera,
idioma chortí,
idioma xinca,
lenca,
idioma pocomam.
Las toponimias y el habla popular
Las culturas indígenas que poblaban el continente americano antes de
la llegada de los españoles hicieron un uso intensivo de la tradición
oral. Existía la escritura jeroglífica
5
(conservada en códices, vasijas y murales), pero estaba destinada a las
clases superiores y, aun entonces, los signos servían muchas veces como
recurso
mnemotécnico para la explicación oral.
Pipiles(
toltecas llegados en sucesivas migraciones desde
México central y del sur),
mayas (específicamente las etnias
chorti o apay y
pokomames),
lencas (extendidos por
Honduras y el oriente de
El Salvador),
Kakawiras
(también llamados cacaoperas o ulúas) fueron dejando huellas escritas
de su estadía o de su paso por la región. En efecto, aún en nuestros
días el país entero está plagado de
topónimos (nombres dados a lugares específicos) de neta raíz
indígena.
El mestizaje cultural implicó la desaparición de muchos de aquellos
nombres y la deformación fónica de otros, pero, en todo caso, incluso
con ropaje de santos cristianos, muchísimos
topónimos aún sobreviven.
5
La toponimia pipil
Conviene comenzar por el nombre con el que asimismo se conoce al país:
Cuscatlán. Algunos lo traducen como «tierra de premios, tesoros o preseas», otros por «lugar junto a la joya».
5 Joya por
antonomasia era, para los
pipiles, el
jade, el
chalchihuite. Debido a su color verde intenso, también algunas lagunas eran consideradas joyas, de modo que
Cuscatlán hace referencia a un lugar ubicado cerca de un lago o de una laguna especialmente hermosa. Allí, junto a una
laguna de color verde jade y rodeada de
vegetación exuberante, fundaron los
pipiles la capital de su reino. Otros nombres de raíz
pipil especialmente significativos son:
Cojutepeque (cerro de las pavas o faisanes), Acelhuate (río de ninfas y lilas),
Soyapango (lugar amurallado de palmeras),
Chalchuapa (laguna de los jades o
chalchihuites),
Guazapa (río del guas o halcón reidor),
Apopa (lugar de vapores de agua),
Ususlután (tierra de ocelotes o tigrillos), Suchinango (lugar defendido por flores), Zacamil (lugar sembrado de hiervas),
Suchitoto (lugar del pájaro-flor)... Y así, centenares y centerares de
topónimos pipiles resuenan incluso debajo de la
advocación de santos cristianos:
Santiago Texacuangos (Valle de altas piedras),
San Juan Tepezontes (en lo estrecho del cerro),
San Pedro Masahuat (donde abundan los venados),
San Pedro Nonualco (los de la lengua extraña).
5 Los
pipiles,
lencas,
pokomames,
chortís,
ulúas o
apay que habitaron
El Salvador precolombino no fueron portadores ni representantes de una alta
cultura.
5 Ocuparon más bien un lugar periférico y marginal respecto de los grandes centros y
metrópolis de
Mesoamérica.
Sin embargo, esos hombres y mujeres sencillos lograron impregnar de
color y poesía los cerros, ríos, valles y quebradas por donde pasaban o
en los que se establecían.
Topónimos lencas, ulúas, apay y pokomames
Algunos nombres procedentes de la
toponimia lenca son los siguientes:
Jocoaitique (cerro poblado de mimbres),
Guascatique (cerro de piedras y manantiales),
Chilanguera (ciudad de las nostalgias), Gualococti (cerro de palmeras y ríos). Los ulúas o
kakawiras, por su parte, han dejado los siguientes topónimos:
Jocoro (bosque de los pinos orientales),
Cacaopera (cerro de los cacaos), Mililihua (vertiente de los
zenzontles), Jucuarán (cerro de las hormigas guerreras), Carranpinga (cerro de las flores de ilusión),
Goascorán (cero de los sapos).
5 Los apay o
chortís no se quedaron atrás en eso de ponerle nombres hermosos a los lugares:
Anguiatú (cerca del cerro de las arañas,
Güija (laguna rodeada de cerros), Poy (espanto o animal nocturno).
5 Finalmente, de los
pokomames ha quedado alguna toponimia: Pampe (lugar de flores de jardín).
5
Otras presencias indígenas en la lengua
Ahora bien, en
El Salvador el sustrato
indígena no se limitó a invadir el
topónimo de la lengua. También la
botánica, la
zoología y aun la vida cotidiana y doméstica quedaron desde entonces enriquecidas.
5 Aparecieron para quedarse animales como el
quetzal (ave de hermosísimo plumaje), el
tacuacín (zarigüella u
opossum), la
masacuata (culebra con cuernos como de
venados,
culebra que come venaditos o
culebra que corre como venado), el
guas (
halcón que se ríe), el
tecolote (búho de mala suerte), el
tenguereche (
lagarto o dragoncillo), la
chachalaca (
gallina montesa muy alborotadora), la
chiltota (
oropéndola), el
azacuán (
halcón peregrino) y muchos animales más.
5 Al idioma español le crecieron plantas y árboles de variadas características y utilidades: el
chilamate (árbol mezcla de chile y amate), el
quequeishque (planta de hojas grandes acorazonadas), el
jiote (árbol que se despelleja), el
amate (árbol de cuya corteza se hacía papel), el
achiote (árbol cuyo fruto produce un tinte rojo), el
ṕashte (enredadera cuyo fruto es como una
esponja).
5 Se multiplicaron frutos a cual más sabroso: el
zapote, el
guayabo, el
aguacate, la
zunza, el
cacao, la
guanaba, el
güisquil, la
jícama, el
jocote, el
ujushte, el
chile, el
cuchampere, el
ayote, el
tom
Excelente Aporte
ResponderEliminar¿Que bonito seño!
ResponderEliminar